Pinocho (3 de enero)

Tom Dieusaert
5 min readJan 4, 2021

--

3 de enero 2021: Es un domingo y el turismo está al palo en Tigre — como en todo el país — y es cuestión de días o capaz unas dos semanas para que arranque la segunda oleada de Covid-19, que probablemente será más mortal que la primera, pero que se le va hacer… la gente quiere ir de vacaciones y están dispuestos a morir por eso. Lo mismo pasó en Europa en julio y agosto del 2020. No hay político que pueda parar esto. De hecho, los políticos seguramente son los primeros que se fueron a la costa.

Me muevo un poco más por la casa. Las muletas hacen un ruido sobre las baldosas como si alguien estuviese jugando ping-pong en el pasillo.

Cotorras amazónicas

Afuera de mi ventana, hay un extraño fenómeno, algo que ya había notado hace un par de meses pero nunca presté mucha atención pero ahora como estoy postrado como Jimmy Stewart en la Ventana Indiscreta (el puesto de Grace Kelly sigue vacante), observo la hermosa casa de enfrente que siempre me hace pensar en una casa de Magritte, especialmente durante la noche cuando se enciende un farol en la galería y hace un contraste mágico con el cielo negro-azul. La casa tiene un árbol que está lleno de cotorras verdes, algunos con ramas en el pico. Los vi el otro día en mi jardín también sobre un jacarandá. Hace un par de años se veía de vez en cuando en Buenos Aires este pájaro oriundo del norte de Argentina, pero ahora ya es muy común, como una plaga. Por el cambio climático se fueron al sur y deberían estar desplazando otras especies. Sus chirridos pueden ser molestos para algunos, a mi me hacen pensar en que estoy de vacaciones en Brasil.

Atado con cables

Los amigos me preguntan ‘cómo anda ese pie?’ y luego de un chiste obligado (‘no anda’) les cuento que ‘bastante bien’. Me operaron hace unos cuatro días y obviamente dolió cuando se fue la anestesia pero tampoco tanto para que me dejara de dormir y como dije al doctor que ‘menos mal, porque me hubiese preocupado si no hubiese dolido nada. Hubiese estado muerto ese pie’.

Movido por cables

Antes de la operación, se sintió muy raro el pie con el tendón de Aquiles cortado. Podía hacer movimiento para arriba pero no para abajo y cuando se metía el dedo atrás se sentía un hueco entre el tendón. Como que literalmente se cortó el piolín, el elástico que mueve el pie y de hecho si uno se toca arriba del talón, se tiene una especie de cable. El tendón de Aquiles es como la prolongación del gemelo y se concentra muchas fuerzas ahí por lo cual debe estar muy fuerte y con un movimiento brusco, como paso a mi (arrancando a correr) se puede cortar de golpe.

Es interesante que el cuerpo humano por un lado es un lugar místico, mágico, la morada del espíritu, pero por otro lado es un conjunto de huesos, cables y arterias sujetos a las fuerzas de la gravedad y leyes de la física. Los médicos lo ven así y el traumatólogo contó con satisfacción que la operación había sido un éxito, que unieron las dos partes cortadas sin muchos problemas y que se cosieron con un hilo moderno que es ‘biocompatible’, o sea el nylon se queda adentro sin que el cuerpo lo rechace.

Trescientos kilos no es nada

“Lo cosimos tres veces y te va aguantar 300 kilos!”, dijo el médico. Esos 300K no me dicen mucho, pero ayer Carlos me explicó que si uno pesa 80 kilos y salta desde un metro ya ejerce varias veces su peso, calculado en G ‘s. Lo último que quiero hacer es saltar, pero está bueno saber que el tendón va aguantar.

“En tu caso estuvo muy bueno que operamos,” precisó el doctor “porque estaba cortado por completo,” refiriéndose a nuevas tendencias en la traumatología en lo cual ya no se opera este traumatismo, pero ponen el pie de punta (como bailarín) en un yeso y dejan que el tejido del tendón se cicatrice. Obviamente esto tarda más en curarse y según se puede romper de nuevo más fácil. Yo no sé nada, los médicos son como los pilotos, uno entra en un hospital y pones tu destino en sus manos. También es una cuestión de química con el doctor, una cuestión de confianza. Después de la operación ya siento — quizás es mi imaginación — que ya puedo mover de nuevo el pie para abajo, que el cable está atado de nuevo. Igual que con las habilidades de un piloto, me quedo maravillado con el trabajo de los cirujanos, nunca podría hacer eso, me desmayaría directamente. Además, ellos hacen esto todos los días.

Mi hija tiene menos problemas. Ella ve todo tipo de series sangrientas de zombies y películas médicas como Grey’s Anatomy y Dr House me cuenta de alguna serie apocalíptica — estilo Hunger Games — donde la humanidad pereció por violencia callejera extrema, y ya no quedan médicos y los carniceros se tienen que encargar de poner los huesos en su lugar. Nos imaginamos que estando tirado en la cama durante los próximos meses, mientras que el virus hace estragos, pase eso y me atiende Ariel, el carnicero entrerriano de la esquina. Por lo menos Ariel tiene un muy buen concepto de la higiene porque siempre le digo que su mostrador parece a un quirófano.

No pelea

Esos pensamientos raros me invaden en la cama, sintiéndome como Aquiles que se quedaba en su carpa con amargura. No tenía lastimado el tendón, sino su ego, ya que el jefe Agamenón le había sacado su esclava favorita.

Mynin aeide theáá, Pelaideos Achileos…” Me acuerdo esta frase porque en la secundaria tuvimos que recitar el prólogo de la Iliade en Griego antiguo “Canta, oh musa, la cólera del pélida Aquiles (hijo de Peleo)”…

Los embajadores de Agamenón rogando a Aquiles que vuelva a la selección griega (Jean-Auguste-Dominique Ingres)

Me acuerdo que fue un terrible bodrio ese libro. Todas las idas y venidas de una guerra absurda — por la vanidad del playboy Paris y la rabia del cornudo Menelaos — pero lo más importante fue la constante intervención de los dioses olímpicos que jugaban con la humanidad como si fueran fichas en un juego de mesa, marionetas. Todo un año leímos la Iliada y al final del año todavía no sabíamos cuál era justamente el mensaje moral o la trama. Homero estaba tan perdido como los guionistas de The Game of Thrones. Se terminó la historia cuando todos los protagonistas estaban muertos.

(La entrega anterior: el 2 de enero.)

--

--

Tom Dieusaert

Reporter. Writer. South America. Twitter @argentomas. Recently published “Rond de Kaap: Isaac le Maire contra de VOC".