Un día poco memorable (7 de enero)
La verdad es que no me acuerdo bien lo que hice ayer, eso acentúa la necesidad de escribir el diario el mismo día y no el día después, pero bueno, ya fue.
Fue un día constructivo para escribir eso si y retomé la lectura de los comics de Tintín. La embajada de Bélgica me obsequió tres ejemplares porque moderé una charla entre el embajador y el ministro de Turismo, en noviembre: El Secreto del Unicornio, el Tesoro de Rackham el Rojo y Las Siete Bolas de Cristal.
Fernández y Fernández
Nunca fui demasiado fan de Tintín, tenemos un comic flamenco popular Suske en Wiske, que tiene un humor mas absurdo. Otra razón por lo cual no me mataba los comics de Tintín era que el protagonista al final era un careta, un burgués de Bruselas, siempre bien vestido, viajaba en cruceros y en algún momento prácticamente vivía en un castillo. Como que uno se preguntaba; “¿Que tipo de héroe o modelo a seguir es ese”?
Pero la verdad, leyéndolo ahora, esta muy bien. Me doy cuenta que Hernández y Fernández no solamente son unos boludos atómicos, pero también una perfecta parodia de los servidores de la ley: llegan tarde siempre a la escena del crimen, dicen lo obvio, obstruyen a los casos en vez de solucionarlos. Capitán Haddock, famoso por sus insultos creativos (‘ectoplasma’, ‘antropófago’, … hay una pagina dedicada que explica cada maldición de Haddock) pero que sobre todo es un alcohólico empedernido y todo el tiempo Tintín trata de sacarle los vasos de la mano.
Tintín es como un niño grande, pero a la vez es el mas maduro y adulto de todos. Lo que me sorprende es su sangre fría y su ingeniosidad. En el Secreto del Unicornio esta encerrado en el sótano del castillo de Moulinsart (ese nombre francés no esta traducido al castellano) y escucha desde el portero eléctrico que tiene dos horas para entregar un papel secreto (que no tiene) y en caso negativo lo van a torturar. Tintín pone una carita pensativa y dice “Mmm… parece que estoy en problemas.” No se revuelca, no se tira en el piso. Cool. Pocas veces se saca de quicio Tintín, a diferencia de Haddock, que vive sacado.
Anticuarios asesinos
Esta muy bueno el guion. Los anticuarios son los villanos mas perversos y un funcionario jubilado se dedica al robo porque realmente es un coleccionista, y porque no, todos tenemos el derecho a tener un hobby, por mas extraño que suene. A Tintín le tratan de matar mas que una vez pero pasa por todos los atentados sin que se le mueve un pelo y con su carita pensativa tratando de encontrar la solución al acertijo del unicornio.
Son historietas hechos para adolescente masculinos en los años ’50 y ‘60 del siglo pasado. Son pocas las mujeres que aparecen en el Secreto del Unicornio y no tienen un papel muy enaltecedor: la sirvienta que esta barriendo la vereda, la conserje y una señorona tipo Bianca Castafiore que se mete dentro de una cabina telefónica con su caniche en el brazo y no sale porque esta lloviendo afuera. Es la única vez que Tintín se enoja y la mira muy mal cuando sale de la cabina. Qué desubicada!
