Toque de queda en Santiago

Tom Dieusaert
4 min readOct 21, 2019

Estado de excepción, toque de queda, los militares a la calle por primera vez desde Pinochet, incendios, saqueos… . ¿Todo esto porque subió el boleto del metro? Algunas cosas respuestas que se escuchan en la calle.

Alrededor de la céntrica plaza Italia me cuesta ver a los guanacos y los zorros, los carros blindados de los Carabineros que hacen corridas por las avenidas centrales rociando a los manifestantes con agua y gas lacrimógeno.

La densa capa del gas se mezcla con el smog eterno de Santiago y hace picar los ojos. “El que no salta es un Paco,” cantan los manifestantes (un paco es un cana, un policía). Hay cacerolazos en la esquina, hay barricadas e incendios en medio de la avenida. La protesta no es exclusivo de un pequeño grupo de anarquistas e “inadaptados”. Hasta en los barrios bien como Providencia los santiagueños copan las calles, por doquier los automovilistas, taxistas y choferes de micro demuestran su apoyo a la protesta tocando la bocina.

Chalecos amarillos

“Lo de la suba del boleto era el colmo, la gota que rebalsó el vaso,” me cuenta el taxista que me lleva al barrio tranquilo de Vitacura. “Hubo todo tipo de subas de tarifas y la gente simplemente ya no puede pagar, luz, agua, educación,… todo subió.” “Menos los sueldos,” vaticino. “Claro, menos los sueldos.”

Es bastante fácil de entender lo que causó la rabia de tantos chilenos. Es un poco la misma historia que en Argentina, o incluso Francia. Hay un sistema de acumulación capitalista, con grandes monopolios y dueños de esos monopolios que se hacen cada vez más ricos y por otro lado una clase media empobrecida a quien le cuesta llegar a fin de mes. Un comentarista del diario La Tercera comparó los protestantes de Chile con los chalecos amarillos en Francia. Estos surgieron de la nada y nadie se los vio venir. La chispa que encendió la protesta en Francia fue una suba del combustible, acá es el boleto del metro. Nada indispensable o elemental para vivir, parece.

“Pero para algunos este boleto ya representa un 10% de su ingreso. No da más,” me cuenta una pareja treintañera a la vuelta del edificio Enel, una distribuidora de electricidad que ayer parecía una antorcha gigante.

Saqueos

La violencia de la protesta también sorprendió ayer y aunado a los saqueos de tiendas particulares y supermercados, estas imágenes de estaciones de metro destruidas o en llamas, son repetidas incesablemente por los noticieros que claramente están en manos de los grupos económicos ligados a la derecha.

Sin embargo algo de razón tienen, porqué estos saqueadores no están pidiendo un boleto de metro más accesible: son delincuentes. Lo mismo ocurrió hace 9 años durante el terremoto en Concepción cuando muchos se aprovecharon para saquear los negocios. El modelo chileno de un pueblo disciplinado mostró sus fisuras.

“Esa gente no es pobre, ni siquiera toma el metro,” sentencia Marcos, un chofer de micro. “Son lumpen, que nunca han trabajado y se aprovecha de la situación” “Sabés qué,” se lamenta Marcos oriundo de la zona Laguna Sur. “Muchos de estos nacieron con el metro. Nosotros hemos esperado el metro por años y lo hemos pagado con nuestros impuestos. Y ahora está destruido.” Obviamente esta minoría de delincuentes que se aprovechan de la situación están justificando la represión.

El sábado los carabineros se mostraron bastante tibios en reprimir, no se vio a la policía pegando a manifestantes. Pero a la vez Piñera anoche declaró “el estado de emergencia”, un término light para “el estadio de sitio” con restricciones de los derechos elementales y los militares patrullando en la calle. Es una primicia para la democracia chilena, si no contamos el estado de emergencia después del terremoto de 2010.

En la noche del viernes, luego de las violentas protestas, Piñera anunció un comité “transversal” para discutir la suba del boleto. Cómo si quisiera dar señales positivas a la población sin dar el brazo a torcer. Un día después anunció la anulación del tarifazo, pero a la vez decretó el toque de queda desde las 22.00 hasta las 7.00 del domingo. O sea, el gobierno por un lado le quita la excusa para la protesta a los manifestantes pero por otro lado saca la cachiporra para que todos vayan a sus casas.

Forbes #5

El presidente Piñera, parece pensar que su país es una empresa y sus habitantes, empleados. Su cara en la televisión denotaba asombro, desconcierto como si pensara ¿porque me hacen esto mis colaboradores? ¿No entienden que sólo quiero lo mejor para ellos?

“Como presidente estoy absolutamente consciente de las dificultades y carencias que afectan a muchos de nuestros compatriotas,” resaltó Piñera en su discurso viernes a la noche.

Según la revista Forbes, Piñera es el quinto chileno más rico, con una fortuna de unos 3 mil millones de dólares. Honestamente, no creo que para ir a trabajar se molesta en tomar el metro.

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Tom Dieusaert

Reporter. Writer. South America. Twitter @argentomas. Recently published “Rond de Kaap: Isaac le Maire contra de VOC".