El Manifiesto Ecologista (introducción)
Un fantasma recorre el mundo: el fantasma del calentamiento global y la inminente destrucción del planeta por el accionar del hombre empecinado en finiquitar su propio hábitat y el de las otras especies. En los medios de comunicación y las redes sociales suenan las alarmas, pero los gobiernos y las industrias no parecen reaccionar. Los ciudadanos, mientras tanto, continúan con sus vidas como siempre, adoptando ínfimos cambios de hábito que apenas suavizan la tendencia autodestructiva. ¿Por qué no logramos frenar el ecocidio?: porque no lo hemos entendido bien. Se lucha contra los síntomas de la enfermedad en vez de enfrentarla enfermedad misma, que es la concepción capitalista de la economía, de la cual la sociedad de consumo, la alienación personal y la sobreexplotación de la tierra son solo nefastos efectos .
La crisis ecológica no es sino la cara visible del fracaso estrepitoso del capitalismo como sistema económico, que ha regido la humanidad desde la Revolución industrial. Pero, al contrario de lo que predijeron Marx y Engels, el capitalismo no ha sido destruido por una revolución social; ha sobrevivido todo tipo de revueltas, gobiernos, ataduras y controles y ha seguido su camino, como un potente tren de gran velocidad, arrastrando todo a su paso, destinado a autodestruirse junto con la especie que lo ha creado, el Homo sapiens.
En este ensayo trataré de esclarecer algunos conceptos, porque sin conceptos claros no puede haber análisis ni discusión de (ni menos aún solución a) la hecatombe natural que estamos viviendo.
